Los nevos son lesiones circunscriptas de piel o mucosas que pueden presentarse desde el nacimiento o a lo largo de la vida, resultado de un defecto en los mecanismos embrionarios o determinados por transmisión hereditaria. Se expresan como aumento, disminución o ausencia del tejido afectado que le da origen.
La etiología de los nevos es desconocida, algunos factores condicionantes pueden determinar su aparición como la genética, exposición solar, procesos inflamatorios, embarazo y pubertad.
Clasificación.
Hay diferentes clasificaciones de los nevos, las que resultan más útiles son las que toman en cuenta el tejido que constituye cada nevo. Así, de forma simple, se pueden clasificar a los nevos en epidérmicos, anexiales, melanocíticos, conectivos, etc.
Se desarrollarán los nevos más frecuentes, los que presentan asociaciones y los que tienen capacidad de transformación.
Nevos epidermicos.
Se presentan poco después del nacimiento como pápulas o placas lineales color piel o con ligero aumento de la pigmentación. Con el tiempo se tornan verrugosos (nevo verrugoso). En general estos nevos son únicos y lineales.
El compromiso extenso obliga a descartar asociación con lesiones en el sistema nerviosos central, músculo y ojo.
Nevos anexiales.
El más destacado en este grupo es el nevo sebáceo de Jadasshon. Presenta un componente mixto de glándulas sebáceas, sudoríparo, apocrino y epidérmico verrugoso. Más frecuente en cuero cabelludo y cara.
Se presenta al nacer como una placa alopécica (sin pelo) de color amarillo anaranjado, se torna verrugoso, de color grisáceo en la pubertad y a partir de la adolescencia puede desarrollar tumores benignos y malignos como el epitelioma basocelular.
Las formas lineales pueden presentar alteraciones asociadas, en especial del SNC y oftalmológicas (síndrome del nevo organoide).
Nevos melanocíticos.
Lesiones pigmentadas. Pueden estar formados por melanocitos bien diferenciados o por nidos de células redondeadas con poca capacidad de sintetizar melanina, llamadas células névicas (melanocitos modificados).
Se deben distinguir así dos grupos de nevos melanocíticos:
Nevos melanocíticos formados por melanocitos epidérmicos o dérmicos.
Nevos celulares formados por células névicas (melanocitos modificados)
Nevos melanocíticos formados por melanocitos epidérmicos.
Lentigo simple: Máculas de color marrón o negruzco de pocos milímetros que aparecen en la infancia o juventud con predominio en sitios expuestos. Son benignos en general y con tendencia a desaparecer con los años. Se diferencia del lentigo solar o senil en que éste aparece con la edad relacionado a exposición solar y es persistente.
Nevos melanocíticos formados por melanocitos dérmicos.
Melonocitocis dérmico Mancha mongólica): Mácula en región sacrolumbar de color azulado en recién nacidos de piel morena, que persiste habitualmente pocos años desapareciendo espontáneamente sin tratamiento. Si se presenta en otras localizaciones se denomina mancha mongólica
aberrante y es persistente.
Nevo de Ota: se presenta como máculas azuladas unilaterales en las zonas de la cara, afectando piel, mucosas, globo ocular y oído. Puede ser congénito o aparecer en la infancia o juventud temprana. Persiste indefinidamente. La capacidad de evolucionar a melanoma es muy infrecuente. Complicaciones como glaucoma y trastornos auditivos obligan a la interconsulta especializada.
Nevo azul: dos variantes: nevo azul común y nevo azul celular.
Nevo azul común: lesiones sobreelevadas pequeñas menores de 0,5 cm de diámetro, de color azulado o negruzco, generalmente únicas, pudiendo ser múltiples o formar placas. Ubicación: dorso de manos y pies, tobillos, muñecas,
cabeza. Aparecen en infancia y juventud persistiendo en la vida adulta, predomina en la mujer. No se transforma en melanoma pero por sus características clínicas debe ser diferenciado del mismo.
Nevo azul celular:
Se inicia en la juventud como pápula o nódulo azulado o negruzco de mayor tamaño que el anterior (más de 0,5 cm de diámetro).
Ubicación: cabeza, región glútea, región lumbosacra y pies. Su principal diagnóstico diferencial es con el melanoma.
Puede transformarse en melanoma por lo que se debe extirpar quirúrgicamente.
Nevos melanocíticos formados por células névicas.
Son los nevos más frecuentes, aparecen entre la primera y tercera década de la vida. Se los clasifica, en nevo de la unión, nevo celular intradérmico y nevo celular compuesto. La pigmentación de estos nevos puede ser variable desde color piel normal, rosado, marrón, negro.
Pronóstico benigno, excepcional la transformación a melanoma. Si son múltiples y se asocian a nevos atípicos o existen antecedentes familiares de melanoma requieren un control más estricto.
Nevo de la unión: lesiones marrón negruzcas, planas de pocos milímetros a un cm de diámetro, de forma redonda o alargada en tronco, palmas, plantas y genitales. Aparecen en la adolescencia y juventud temprana principalmente, pudiendo ser más tardías.
Nevo celular intradérmico: lesiones sobreelevados, pigmentadas o no, pueden tener pelos. Son más comunes en adultos. Ubicación: tronco y cara, no afectan palmas ni plantas.
Nevo celular compuesto: lesiones poco elevadas pigmentadas en niños y adultos.
Nevos melanocíticos especiales
Se considerarán como formas especiales el Nevo melanocítico congénito y el Nevo atípico o displásico por ser precursores o marcadores de melanoma.
Nevo melanocítico congénito: son nevos melanocíticos congénitos los que están presentes al nacer o que aparecen antes de los dos años de vida. Se clasifican por su tamaño en pequeños (menor a 1,5 cm), medianos (de 1,5 cm hasta 20 cm) y grandes o gigantes (mayores de 20 cm).
Clínicamente son manchas redondeadas u ovales de bordes netos a veces irregulares de color marrón a negro, los medianos y grandes con superficie rugosa y lesiones noduloides negruzcas en su interior, pueden ser pilosos. Algunos adoptan una disposición particular (en traje de baño por ejemplo), otros pueden presentar nevos más pequeños satélites.
Nevo melanocítico atípico o displásico: es un nevo adquirido con características clínicas e histopatológicas propias considerado precursor y marcador de melanoma. Las pieles blancas son las más afectadas. Puede ser de aparición esporádica sin antecedentes familiares o hereditario. Únicos o múltiples. La presencia de nevos displásicos aumenta el riesgo de melanoma que puede desarrollarse sobre los nevos o sobre piel normal. En las formas familiares este riesgo es mayor. Edad de aparición: los esporádicos pueden aparecer a cualquier edad, las formas familiares desde la adolescencia.
Clínica: son nevos en general de más de 0,5 cm de diámetro, irregulares en color que puede ser rosado, marrón, negro, es común que se presenten con una zona central más pigmentada (en “huevo frito”), tienen bordes irregulares y difusos, son asimétricos. Ubicación: tronco, extremidades, cuero cabelludo.
Regla del ABCD: asimetría, bordes irregulares, color irregular, diámetro, debe aplicarse en toda lesión pigmentada y es especialmente útil para evaluar el pronóstico de estos nevos.