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Micosis superficiales

Las micosis son afecciones producidas por hongos.

Se las clasifica según su localización anatómica en:

1. Micosis superficiales.

2. Micosis profundas.

En este caso hablaremos de las primeras. Son lesiones que afectan piel, uñas y pelos.  Se ubican en la capa más superficial de la piel (capa córnea). No son inflamatorias, son contagiosas, crónicas en la gran mayoría, no destructivas y generalmente de evolución benigna. Pueden dar lesiones a distancia no habitadas.

Los cuadros más frecuentes son : la pitiriasis versicolor, las candidiasis muco-cutáneas y las dermatoficias.

PITIRIASIS VERSICOLOR

Es una micosis de distribución mundial que afecta a todas las razas, más frecuente en hombres que en mujeres. Su incidencia es mayor en adultos jóvenes y en climas cálidos y húmedos.

Es una micosis superficial, crónica y recurrente producida por hongos pertenecientes al género Malassezia, caracterizada por presentar manchas (máculas) escamosas confluentes de color café con leche, rosado o blanco.

El agente de la Pitiriasis versicolor (PV) es un hongo que reside en áreas seborreicas sin comportarse como patógeno y ante condiciones favorables para su crecimiento se hace patógeno.

Los factores que causan que Malassezia furfur actúe en algunas personas como patógenos y en otras se mantenga sin causar daño no están muy claros. A este fenómeno contribuyen tanto factores locales (calor, humedad) como generales (predisposición genética, diabetes, embarazo, etc.).

El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de manchas de pequeño tamaño (2-4mm hasta 1 o 2cm), bien delimitadas, confluentes, de color variable, desde un rosado tenue hasta un parduzco claro o café con leche, terminando por adquirir el color blanco, sobre todo si las lesiones se han expuesto al sol, destacándose de la piel que la rodea, justificando el nombre de versicolor (variedad de colores).

Afecta predominantemente el tórax, en especial, la parte superior del pecho, hombros, espalda, cuello y con menor frecuencia abdomen, extremidades superiores y cara.

Es asintomática y tiene gran tendencia a la recidiva.

Tratamiento.

Corregir aquellas situaciones, locales o generales que puedan favorecer la aparición de la enfermedad.

Puede ser tratada eficazmente con muchos productos tópicos, incluyendo queratolíticos, antifúngicos en formato champú/gel.

La vía sistémica debe reservarse para infecciones extensas y para pacientes inmunocomprometidos.

Es necesario advertir que al curar puede dejar manchas de hipopigmentación residual que desaparecen en unos meses.

CANDIDIASIS CUTANEOMUCOSAS

Las candidiasis cutáneomucosas son enfermedades producidas por hongos del género Cándida que comprometen piel, mucosas y uñas.

Debido a que la cándida es un hongo que habita normalmente en el cuerpo sin causar daño, para hacerse patógeno necesita de factores predisponentes locales o sistémicos.

– Factores locales: humedad, maceración cutánea por obesidad, ropa apretada u oclusiva, prótesis dentales inapropiadas.

– Factores fisiológicos: lactantes y ancianos, fase premenstrual, embarazo.

– Factores sistémicos: diabetes, hipoparatiroidismo, hipotiroidismo, alteraciones en la función de la glándula suprarrenal, leucemias y linfomas, déficit de hierro.

– Enfermedades debilitantes e inmunosupresión: VIH, neoplasias, desnutrición severa.

  • Factores externos: antibióticos, corticoides, anticonceptivos, inmunosupresores.

Clasificación clínica de las candidiasis.

Dependiendo del área infectada se distinguen varios cuadros clínicos:

1. Candidiasis de las mucosas.

1a. Candidiasis de la mucosa oral

Pseudomembranosa: es la forma más frecuente y se observa en lactantes e inmunodeprimidos. Se caracteriza por la presencia de zonas blanco amarillentas. Afecta lengua, paladar y encías.

1b. Candidiasis de la mucosa genital.

Vulvovaginitis candidiásica: intenso prurito, flujo blanquecino y placas pseudomembranosas, que compromete la piel de la vulva y la mucosa vaginal, con molestias durante las relaciones sexuales y/o disuria. Se relaciona con el ciclo menstrual. Se pueden presentar como episodios aislados o recurrentes.

Para el tratamiento tópico se usan antifúngicos en óvulos o en crema vaginal. En algunos casos esta  indicado el tratamiento oral.

Balanopostitis candidiásica: se observan pequeñas pápulas eritematosas (como un puntillado rojizo) en el glande y cara interna del prepucio, que evolucionan a ampollitas pequeñas que se rompen dejando pequeñas lesiones ulcerosas cubiertas por una película blanquecina. Se acompaña de una sensación urente y prurito variable.

2. Candidiasis de la piel.

2a. Intertrigo candidiásico

Intertrigo es todo proceso inflamatorio de los pliegues.

Varias son las causas etiológicas: mecánicas (roce, humedad), micóticas (dermatoficias, candidiasis), constitucionales (psoriasis, dermatitis atópica), bacterianas, entre otras.

El intertrigo candidiásico es una afección que puede comprometer grandes pliegues

como los inguinales, submamarios, interglúteos y suprapúbicos o pequeños pliegues como

los interdigitales de manos y pies.

En los grandes pliegues presenta placas eritematosas, pruriginosas, que se extienden de modo centrífugo y simétrico a ambos lados del pliegue, cuyo fondo suele fisurarse. En la periferia se observa un borde de despegamiento epidérmico y blanquecino.

2b. Dermatitis del pañal candidiásica.

Presenta las características del intertrigo candidiásico. Es generalmente secundaria a una dermatitis irritativa del pañal, de la cual se diferencia, porque ésta no afecta el pliegue, sino las zonas prominentes.

MICOSIS SUPERFICIALES POR DERMATOFITOS.

Las dermatoficias o tiñas son micosis superficiales producidas por hongos llamados dermatofitos.

Los dermatofitos que colonizan la capa superficial de la epidermis, pelo y uñas.

De acuerdo a su reservorio natural, los dermatofitos pueden clasificarse en tres grupos:

– Antropofílicos: parasitan al organismo humano; la infección es escasamente inflamatoria; son causa de contagio directo o a través de alfombras, pisos húmedos, cepillos, peines, ropa interior, etc.

  • Zoofílicos: su hábitat normal son los animales; la infección suele tener un gran componente inflamatorio; el contagio se produce a través de los animales, generalmente perros, gatos y conejos.
  • Geofílicos: viven en la tierra; suelen producir cuadros con importante componente

inflamatorio.

Algunas personas tienen una predisposición genética y otras una resistencia natural a estas infecciones.

Predisponen a desarrollar una micosis:

– Factores locales que producen una alteración de la barrera cutánea como el calor, humedad, maceración, microtraumatismos cutáneos.

– Factores fisiológicos como la edad: las tiñas del cuero cabelludo son más comunes en la infancia; las dermatoficias de los pies se inician en la pubertad y aumentan su incidencia hasta los 30 o 40 años;

– Defectos inmunitarios primarios o secundarios: linfomas, SIDA y atopía, tratamientos prolongados con corticoides sistémicos, tratamientos antineoplásicos, etc., favorecen la extensión de la dermatoficias y tornan más crónicas su evolución.

Cuadros clínicos

Las dermatoficias se clasifican según la localización de la infección:

1. Tiñas del cuero cabelludo.

Es la infección del pelo del cuero cabelludo, produce su fractura y determina placas sin pelo en su mayoría transitoria.

2. Dermatoficia de la piel lampiña.

Se presenta con una o varias placas redondeadas, que tienden a crecer de forma centrífuga, con un borde bien delimitado, elevado, rojo, con microvesículas y/o costras; siempre más activo que el centro de la lesión, es ligeramente escamoso y de color pardo, que tiende a la curación.

3. Dermatoficia de la cara (Tiña facial)

Afecta la piel lampiña de la cara. Generalmente se trata de una lesión única, similar a la de la piel lampiña, con características clínicas no tan definidas, lo que dificulta el diagnóstico.

4. Tiña inguinal.

Es la parasitación del área crural o inguinal. Es una afección propia del adulto joven, más frecuente en varones, excepcional en los niños.

Se manifiesta por pequeñas placas rojizas descamativas, bilaterales, no simétricas, ubicadas en la cara interna del muslo, que crecen en forma centrífuga, se fusionan y originan una placa grande, de borde neto, ligeramente sobreelevado, la parte central con tendencia a la curación es ligeramente pardusca y escamosa. Suele haber prurito pero también puede ser asintomática.

Puede propagarse hacia la zona suprapúbica, periné, zona perianal y nalgas.

5. Tiña de los pies. Dermatoficia de los pies. Pie de atleta.

Se denomina a cualquier infección en los pies determinada por dermatofitos.

Es más frecuente en adultos jóvenes deportistas, favorecido por la hiperhidrosis, calzado oclusivo, medias sintéticas y el uso de baños públicos.

Existen varias formas clínicas, la forma más frecuente se caracteriza por eritema y descamación interdigital acompañada a menudo de fisura del fondo del pliegue, es más frecuente en el cuarto y tercer espacio interdigital. Suele acompañarse de prurito.

6. Dermatoficia de las manos

Afectación crónica de la palma y de las uñas de una mano por dermatofitos, asociada con infección de ambos pies y de sus uñas.

Habitualmente unilateral, con predominio de la mano derecha. La piel palmar se torna seca, apareciendo una fina descamación blanquecina que rellena los pliegues cutáneos. Es más frecuente que el paciente presente compromiso en una palma que en las dos, a pesar de la afectación de ambos pies

7. Onicomicosis. Tiña ungueal

Es una afección crónica de la uñas ocasionada por dermatofitos.

Las especies causales son los mismos dermatofitos vinculados al pie de atleta.

Es rara en la infancia y muy frecuente en la edad adulta, asociada a dermatoficias de las manos y los pies.

La infección suele iniciarse en las formas más frecuentes en el borde libre de la uña y desde allí progresa hacia el borde proximal.

Existen diversas formas clínicas, la más frecuente es la onicomicosis subungueal distal y lateral: es la forma más frecuente. Afecta con mayor frecuencia las uñas de los dedos hallux (gordo). Los hongos alcanzan la cara inferior de la lámina ungueal, desde el borde libre, dando lugar a una hiperqueratosis subungueal, que produce el principal signo de la infección: el engrosamiento de la uña. El avance de la infección en sentido proximal, entre el lecho y la lámina ungueal, origina el despegamiento de esta última (onicólisis). La uña se vuelve opaca, adquiriendo una coloración blanquecina, amarillenta o marrón. No tiene tendencia a la cura espontánea, es asintomática y de evolución crónica.