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Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad de la piel, semimucosas y las uñas que también puede comprometer las articulaciones, tiene características inflamatorias y evolución crónica.

La padece el 2 a 3% de la población general. Su prevalencia es igual en hombres que en

mujeres, la mayoría de los pacientes desarrolla las lesiones durante la tercera década de la

vida aunque puede desencadenarse a cualquier edad.

Presenta una patogenia inmune y la influencia de múltiples factores ambientales puede, en

pacientes genéticamente predispuestos, desencadenar o agravar la evolución de la misma.

Con respecto a su origen, es una entidad de causa desconocida aunque se la considera de origen multifactorial, donde participan factores determinantes genéticos e inmunológicos.

Desde el punto de vista genético se diferencian dos tipos de psoriasis:

Tipo I: comienzo antes de los 40 años en personas con antecedentes familiares.

Tipo II: inicio posterior a los 40 años, menor prevalencia familiar.

Se ha demostrado en algunas familias una herencia poligénica, es decir no se puede asignar a un único gen la responsabilidad del desarrollo de la psoriais.

Una hipótesis propone que la psoriasis es desencadenada por un estímulo ambiental en un individuo con susceptibilidad genética.

Dentro de los factores predisponentes encontramos traumatismos, infecciones, medicamentos, estrés psíquico y tóxicos (alcohol y tabaco).

Se desencadenan estímulos que aceleran la renovación de la epidermis (capa superficial de la piel). El ciclo de renovación normalmente se desarrolla en 28 días, en estos casos en 4 – 5 días. De esta manera células que habitualmente tienen una ubicación profunda en la epidermis acceden a las capas superficiales.

Manifestaciones clínicas.

La psoriasis se caracteriza por la aparición de placas coloradas con escamas

(eritematoescamosas) bien delimitadas y de distribución simétrica, que pueden en ocasiones ser pruriginosas. (Picazón)

Las lesiones pueden localizarse en:

• Piel: afectando cualquier sector de la superficie cutánea, siendo las áreas más

comprometidas el tronco, cuero cabelludo, rodillas, codos, palmas, plantas, pliegues y

genitales.

• Uñas: el compromiso ungueal se asocia con compromiso articular en un 50 a 80% de los casos.

Los trastornos más frecuentes son los hoyuelos “pitting”, onicodistrofia, mancha de

aceite y la onicólisis.

• Cuero cabelludo: puede ser la única localización de psoriasis. Las escamas son más

gruesas y las placas exceden el límite de implantación del pelo. Muestran tendencia a

persistir aun cuando mejora el resto de las lesiones del cuerpo.

• Articulaciones: interfalángicas distales (dedos) y sacroilíaca son las más frecuentemente

comprometidas.

  • Semimucosas: área genital, raramente labial.

Formas clínicas:

Psoriasis vulgar (en placas)

Afecta al 90% de los pacientes con psoriasis.

Se caracteriza por presentar placas eritematoescamosas, simétricas, que varían en número,

forma y tamaño, pudiendo ocupar gran parte del tegumento. Sus bordes están bien delimitados.

Las placas se hallan cubiertas por escamas blanco nacaradas, adherentes y de tamaño

irregular. El prurito es variable.


 

Psoriasis en gotas (guttata)

Suelen verse en adultos jóvenes y niños con antecedentes de infección de la vía aérea superior de origen bacteriano (faringoamigdalitis estreptoccócica). Su comienzo es súbito con placas muy pequeñas de 0,5 a 1 cm de diámetro, eritematosas y con escamas blanquecinas en su superficie. Evolucionan en 2 a 3 meses y más raramente pueden transformarse en una psoriasis en placas.

Psoriasis invertida

Es más eritematosa que escamosa, de color rojo intenso y superficie húmeda. Afecta pliegues

submamarios, inguinales, interglúteo, interdigitales y ombligo. Las lesiones son de difícil manejo

ya que presentan roce permanente y tendencia a sobreinfecciones.

Psoriasis pustulosa

Clínicamente presenta pústulas sobre base eritematosa (pequeñas  ampollas sobre base rojiza) raramente de aparición espontánea.

Se asocian a desencadenantes como embarazo, infecciones, suspensión brusca de corticoides

sistémicos entre otros.

Existen dos formas clínicas: la localizada y la generalizada.

En la forma localizada el compromiso es palmoplantar, bilateral y simétrico. Afecta las

Regiones del pulgar y meñique y la cara lateral e interna de los talones en los pies.

Puede ser la única manifestación de psoriasis o acompañar a una psoriasis vulgar. Es

invalidante alterando la calidad de vida de los pacientes.

La forma generalizada es infrecuente y grave, generalmente se acompaña de fiebre y

deterioro del estado general. Se produce la aparición de pústulas estériles en forma aguda,

subaguda o crónica. Puede evolucionar hacia una psoriasis eritrodérmica. En ausencia de un

tratamiento efectivo pueden presentarse complicaciones serias y eventualmente la muerte, en

los períodos agudos de la enfermedad.

Psoriasis eritrodérmica.

Es infrecuente, 1 al 5% de los casos de psoriasis.

Psoriasis artropática.

Afecta entre un 10 a 40% de los pacientes con psoriasis. Suele ser severa, de rápida evolución

e invalidante. Las articulaciones sacroilíacas y las interfalángicas distales son las más

frecuentemente afectadas. Se la incluye dentro de las espondiloatropatías seronegativas. El

compromiso de las interfalángicas distales se asocia frecuentemente a la afectación ungueal.

La radiografía suele ser útil para el diagnóstico luego de un tiempo prolongado de evolución,

para detectar cambios precoces pueden usarse el ultrasonido y la resonancia magnética.

Siempre requieren tratamiento sistémico.

Tratamiento.

Se basa en fármacos que modulen la actividad del sistema inmunológico y la reepitelizacion.