La viruela símica es una enfermedad causada por el virus del mismo nombre, de la que existen dos clados (tipos) diferentes: I y II.
Las personas infectadas suelen presentar erupciones cutáneas o lesiones mucosas que pueden durar de 2 a 4 semanas, acompañadas de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía e inflamación de los ganglios linfáticos.
Cualquiera puede contraer la viruela símica por contacto con:
- personas infectadas: al tocarlas, besarlas o mantener relaciones sexuales.
- animales infectados.
- materiales contaminados, como ropa de vestir, de cama o agujas.
- las embarazadas pueden transmitir el virus al feto.
La transmisión de persona a persona puede producirse por contacto directo con lesiones infecciosas de la piel o de otras zonas, como la boca o los genitales.
El contagio puede hacerse:
- cara a cara: al hablar o respirar.
- piel con piel: al tocarse o mantener relaciones sexuales.
- boca a boca: al besarse.
- boca con piel: al besar la piel o al tener relaciones sexuales orales.
- por pequeñas gotas respiratorias o aerosoles de corto alcance en caso de contacto cercano prolongado.
Luego del contacto, el virus entra en el organismo a través de la piel lesionada, las mucosas (por ejemplo, oral, faríngea, ocular, genital, anorrectal) o las vías respiratorias. La viruela símica puede contagiarse a otros miembros de la familia y a las parejas sexuales.
La transmisión de animales a humanos se produce por mordeduras o arañazos. La magnitud del contagio a través de los animales no se conoce bien y sigue siendo objeto de estudio.
Se puede contraer la viruela símica a partir de objetos contaminados como ropa de vestir o de cama, a través de heridas punzantes en el medio hospitalario o en entornos comunitarios como los salones de tatuajes.
Cuadro clínico:
Presenta un periodo de incubación de 7 días (21 días).
Las manifestaciones suelen durar de 2 a 4 semanas.
Lo más frecuentes de encontrar en el síndrome infeccioso es:
- erupción cutánea.
- fiebre.
- dolor de garganta.
- dolor de cabeza.
- dolores musculares.
- dolor de espalda.
- falta de energía.
- ganglios linfáticos inflamados.
En algunos casos el primer signo es una erupción cutánea, pero otros pueden presentar antes síntomas diferentes.
La erupción comienza como una mancha que se convierte en una vesícula llena de líquido y puede picar o doler. A medida que la erupción se cura, las lesiones se secan y se cubren de costras que acaban por caer.
Puede haber solo unas pocas lesiones cutáneas o cientos de ellas. Las lesiones pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, como:
- palmas de las manos y plantas de los pies.
- cara, boca y garganta.
- ingles y genitales.
Algunos casos también presentan hinchazón dolorosa del recto o dolor y dificultad para orinar.
Los pacientes son contagiosos hasta que todas las lesiones hayan cicatrizado y se haya renovado la piel.
Los niños, las embarazadas y las personas con compromiso inmunológico corren el riesgo de sufrir complicaciones.
Las personas con viruela símica pueden pueden desarrollar cuadros muy graves. Por ejemplo, la piel puede infectarse con bacterias que provoquen abscesos o lesiones cutáneas graves. Otras complicaciones son: neumonía; infección de la córnea con pérdida de visión; dolor o dificultad para tragar, vómitos y diarrea que causan deshidratación grave o malnutrición; septicemia (infección de la sangre con una respuesta inflamatoria generalizada del organismo); inflamación del cerebro (encefalitis), corazón (miocarditis), recto (proctitis), órganos genitales (balanitis) o vías urinarias (uretritis) y muerte.
Lo típico es que primero aparezcan fiebre, dolores musculares y dolor de garganta. La erupción comienza en la cara y se extiende por todo el cuerpo, hasta las palmas de las manos y las plantas de los pies, y evoluciona durante 2-4 semanas por etapas: máculas, pápulas, vesículas y pústulas. Las lesiones se hunden en el centro antes de que se formen las costras, que acaban cayéndose. La inflamación de los ganglios linfáticos es una característica clásica de la viruela símica. Algunas personas pueden estar infectadas y no presentar ningún síntoma.
Con respecto al diagnóstico, no siempre es fácil su identificación. Otras infecciones pueden tener un aspecto similar. Es importante distinguirla de la varicela, el sarampión, las infecciones cutáneas bacterianas, la sarna, el herpes, la sífilis, otras infecciones de transmisión sexual y las alergias a medicamentos. Los pacientes con viruela símica también pueden tener otras infecciones de transmisión sexual, como el herpes, y los niños con sospecha de viruela símica también pueden tener varicela. Así pues, las pruebas de laboratorio son fundamentales para que los pacientes sean tratados lo antes posible y se evite una mayor propagación.
En cuanto al tratamiento los objetivos consisten en cuidar la erupción, tratar el dolor y prevenir las complicaciones. La vacunación contra la viruela símica puede ayudar a prevenir la infección. La vacuna debe administrarse en los 4 días siguientes al contacto con alguien que tenga viruela símica (hasta 14 días después si no hay síntomas).
Especialmente durante los brotes, se recomienda la vacunación de las personas de alto riesgo, como:
- personal de salud con riesgo de exposición;
- hombres que tienen relaciones sexuales con hombres;
- personas con múltiples parejas sexuales;
- Trabajadores sexuales.
Los pacientes con viruela símica deben ser aislados. Deben ser atendidos aparte de los demás.