A nivel mundial, la depresión es una de las principales causas de discapacidad y lo ha sido durante décadas. Los medicamentos antidepresivos no logran la reversión completa del cuadro y con frecuencia se asocian con efectos secundarios, lo que destaca la necesidad de opciones de tratamiento alternativas.
Aunque principalmente conocido por sus sólidos beneficios para la salud física, el ejercicioes cada vez más reconocido por sus beneficios antidepresivos y para la salud mental. La evidencia indica que el ejercicio es efectivo en el tratamiento de personas con depresión; sin embargo, los mecanismos por los cuales el ejercicio ejerce efectos antidepresivos no se comprenden completamente.
Se ha demostrado que la práctica de actividad física modula transitoriamente los niveles circulantes de diferentes moléculas cómo la serotonina y noradrenalina y diferentes actividades neuronales. Sin embargo, falta evidencia que vincule estos mecanismos con la reduccion de depresión.
La complejidad de los fundamentos biológicos de la depresión junto con la intrincada cascada molecular inducida por el ejercicio son obstáculos significativos en el intento de desentrañar los efectos del ejercicio sobre la depresión.
A pesar de la comprensión limitada de estos efectos, la evidencia clínica aboga uniformemente por el usodel ejercicio para tratar la depresión. Lamentablemente, el ejercicio sigue siendo subutilizado a pesar de ser una alternativa o intervención complementaria accesible y de bajo costo que puede reducir simultáneamente la depresión y mejorar la salud en general.
Cómo vemos, la actividad física es una medicina notable. Las pautas de actividad física para estadounidenses en el año 2018 informaron 27 beneficios importantes para la salud física y mental con un sólido respaldo de investigación, todos los cuales son convincentes (Ej. menor mortalidad por todas las causas). Entre estos beneficios, 9 se señalaron como nuevos para 2018. Estos nuevos beneficios, por supuesto, no son nuevos en el sentido de que las personas activas en el pasado no los recibieron; más bien, son nuevos en el sentido de que surgieron pruebas suficientes para afirmarlos.